Esta noticia nos habla sobre el crecimiento de la
inteligencia artificial en el ámbito educativo. Este crecimiento bajo mi punto
de vista es muy positivo ya que la tecnología lejos de ser vista como una
amenaza, se presenta como un apoyo importante y clave para mejorar el sistema
educativo.
En la noticia el hecho de que un 70% del profesorado haya
comenzado a experimentar con estas herramientas tecnológicas muestra no solo
una apertura al cambio, sino también una necesidad de soluciones en la que se
gane tiempo y se amplíen más recursos disponibles.
Herramientas como Copilot mencionadas en el articulo o chat
GPT no solo reducen las horas dedicadas a la planificación, sino que también
ayudan a mejorar y estructurar mucho mejor los contenidos que se pretendan dar.
Bajo mi punto de vista, lo más valioso de este avance es que
la IA no pretende sustituir la labor humana del docente, sino complementarla.
La relación profesor-alumno esta claro que es insustituible especialmente en
términos emocionales, motivacionales y desarrollo de habilidades, así como en
el acompañamiento.
La IA puede automatizar tareas repetitivas, analizar datos
educativos o generar materiales, pero sigue siendo el docente quien da sentido
a todo este proceso. Por eso el uso de la inteligencia artificial debería de ir
acompañado de una formación adecuada y una reflexión sobre sus límites y
posibilidades.
En conclusión, la llegada de la inteligencia artificial al
aula no es algo que aparezca por un momento y en un tiempo desaparezca, sino es
una evolución necesaria. Si esta inteligencia se utiliza bien puede convertirse
en una herramienta muy poderosa para construir una educación eficiente,
inclusiva y de igualdad. La clave como he comentado antes esta en mantener
siempre al ser humano en el centro del proceso educativo utilizando la
tecnología como ayuda para desenvolverse mejor.
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